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Montserrat
Música y casinos

SEGUNDAREPÚBLICA

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Montserrat
Música y casinos

SEGUNDAREPÚBLICA

La historia contemporánea de Montserrat no se entiende sin la música y sus casinos. Era un pueblo “molt casinero”. El pueblo, desde finales del siglo XIX, se caracterizaba por ser una comunidad dual, en cierta manera muy parecida a Llíria como ejemplo más reconocible. Familias, devociones y los barrios se unían a dar una identidad concreta a cada una de los colectivos que formaban las bandas de música y sus casinos. Incluso llegaba a afectar a las relaciones familiares y a los noviazgos. La sociabilidad musical ofrecía espacios de participación social a los sectores sociales (trabajadores, mujeres) en unas épocas sin democracia y de control social por parte de la burguesía dominante. Además, los casinos era lugares de sociabilidad masculina y también difusores de cultura (teatro, conferencias, lectura del diario…) y ocio (bailes, juegos…). Por otra parte, las bandas ofrecían una diversificación económica a los trabajadores. Sin olvidar, su componente cultural. Por ello, se desarrollaba un juego de contrapartidas, entre su utilización política por parte de las élites burguesas y su carácter popular. Los trabajadores también buscaban en su adscripción a una u otra banda los necesarios jornales ofrecidos por las capas dirigentes: “Cada u votava al partit de la seua música, pues de lo que es tractava era de traure més vots que els de la part contrària”.

Los liberales intentaban crear una base de apoyo social. En 1879 auspiciaron la banda de música Primitiva (o Vella), con el casino del Centro Instructivo Musical o “del Moro” (replaceta del Forn o Pl. Cervantes), pero también en 1897 propiciaron una sociedad de Socorros Mutuos y en 1906 el Centro Instructivo Liberal.  Los conservadores, a principios de la década de 1890, formaron la música Nova o Agrícola Musical desde 1904 por estar en el Círculo Recreativo Agrícola (casino del Mig, en la calle Mayor) con su Círculo Instructivo Musical (calle San José). La dicotomía era clara: la Vella agrupaba a trabajadores y clase media baja en la zona cercana a la Iglesia y la Nova, con un nivel de rentas superior, era conocidos como “caminoueros” por vivir en el Camino Nuevo. Si los primeros procesionaban al patrón San Roque, los segundos a la patrona de la Asunción. La competencia era absoluta y se trasladaba al Certamen de Valencia, con notables éxitos.

El proyecto regeneracionista conservador de la Dictadura de Primo de Rivera terminó con esta dinámica, puesto que pretendía terminar con la utilización política de las asociaciones por parte de las élites locales, creando un nuevo personal político alejado de las dependencias de las sociedades rurales. De este modo, se creaba en 1925 la Unión Musical municipal, con la batuta de Emilio Campos Campos, que también construiría su propio casino donde actualmente se encuentra el edificio de la SIUM. Su carácter municipal terminó en 1932, naciendo la Sociedad Instructiva Unión Musical. Por otra parte, la sociabilidad política durante la República se mantuvo en los casinos. En 1932, encontramos a los tradicionales de la Música Vella y Nova, el Republicano, el Radical-Socialista y el de la Unión Musical.