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La Ribera Alta
Los años dorados de la naranja

DICTADURAFRANQUISTA

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La Ribera Alta
Los años dorados de la naranja

DICTADURAFRANQUISTA

Desde las distintas cabezas de partido judicial, aunque con mayor fuerza desde Alcira, después de Paterna, el mayor centro de fusilamientos de la provincia, se desarrolló la represión franquista de consejos de guerra, prisiones, fusilamientos…En esta ciudad tuvo lugar unos de los sucesos más sangrientos en septiembre de 1939, con el ametrallamiento mortal y planificado de 30 presos. Al mismo tiempo, Alcira, constituye un ejemplo de las tensiones del proyecto falangista de Rincón de Arellano para dominar FET y las resistencias tradicionalistas con la figura del alcalde Carlos Llinares.

La autarquía golpeó duramente al sector citrícola, base económica de gran parte de la comarca. De hecho, la exportación descendió notablemente hasta 1948. Se volvieron a plantar arrozales, moniatos o cacahuetes, artículos de subsistencia y destinados al estraperlo. El monocultivo citrícola producía que escasearan los principales productos alimenticios, por lo que estraperlo fue muy importante. El franquismo necesitaba la exportación citrícola para compensar su balance comercial, gestionada por el Sindicato Nacional de Frutos y Productos Hortícolas (dirigida por los empresarios) por lo que la comarca asistió a numerosas visitas de jerarcas franquistas, entre ellas Franco en 1939 o en 1947.

Aunque la producción se recuperó durante los cincuenta, la helada de 1956 fue un duro golpe que también se tradujo en la emigración jornalera a Europa. Incluso en Alcira no se celebraron Fallas. En 1959, una huelga recorría las cuadrillas de jornaleros y almacenes en Alcira. Con todo, la naranja siempre innovaba. En un huerto de l’Énova aparecía la variedad “Salustiana”. Durante los sesenta, el modelo económico comarcal se diversificó notablemente con el desarrollo industrial en Alcira (Cartonajes Suñer, Avidesa) o con empresas como Frudesa o Istobal, entre otras. Este crecimiento atrajo emigración del interior español, por lo que Alcira casi duplicó su población entre 1960 y 1980.

En los sesenta, el antifranquismo fue avanzando parcelas sociales. Así, era dinámico el sindicalismo católico y el más izquierdista que promovía huelgas, el Partido Comunista, la movilización cultural (instituto José Mª Parra de Alcira), los clubs juveniles, la Llibrería Xúquer o el valencianismo cultural. Incluso la vía violenta del FRAP con Rafael Blasco. La juventud comenzaba a desarrollar sus propios espacios de ocio con los grupos de pop-rock. Pero estos cambios sociales no podían avanzar en un marco dictatorial.