08

Montserrat
Las insurrecciones libertarias

SEGUNDAREPÚBLICA

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Montserrat
Las insurrecciones libertarias

SEGUNDAREPÚBLICA

El movimiento anarquista agrupaba diversos elementos sin un pensamiento ideológico unificado: sindicatos autónomos y la CNT; la FAI, ateneos, asociaciones o colectivos diversos. Coincidían en el apoliticismo, el rechazo a las instituciones (Estado, partidos…) a las que culpabilizaba de adueñarse de la libertad popular y en la revolución social igualitarista. Por una parte, el anarcosindicalismo, muy importante en Valencia a través de los Sindicatos de Oposición, más relacionados con el medio urbano e industrial, defendía el papel gradualista del sindicato para ir agrupando a la clase obrera. Por otra parte, el anarquismo de la FAI defendía la huelga revolucionaria para alcanzar de manera inmediata el comunismo libertario.

En Montserrat, el sindicato nunca fue numeroso (70 afiliados en 1932), aunque, a pesar de la escasa documentación conservada, la prensa libertaria señala que se había formado un grupo de la FAI que dirigió la actividad libertaria, de nombre “Los Sin Ley”. Se debe tener en cuenta la frustración ante una República esperada como una panacea y la realidad de las repetidas crisis agrícolas, con su incidencia social.

En enero de 1932, una huelga revolucionaria en un contexto específico (Alto Llobregat), terminó con varios levantamientos muy focalizados (el más conocido, en Sollana), aunque nunca se trató de una insurrección organizada. En Montserrat, en la noche del 24 de enero, siguiendo un repertorio muy similar en toda España, grupos anarquistas se armaron, aislaron el pueblo y tomaron los que consideraban símbolos de la opresión: el Ayuntamiento y la Casa Abadía, con el incendio selectivo de los archivos (Registro de la Propiedad, el Parroquial y el Municipal). Acto seguido, proclamaron el comunismo libertario e intentaron expandir el movimiento al resto de la Foya. Al parecer, se detuvo a seis hombres de la dirección del Sindicato Único, aunque algunos pudieron escapar, y a tres vecinos más.

Pero el núcleo libertario no decayó, con nuevas detenciones en el mes de abril, esta vez también tres mujeres, por colocar pasquines por la calle. Intentó sumarse a la insurrección de 1933, la que ocasionó la matanza de civiles en Casas Viejas, con un seguimiento significativo en la provincia, aunque las patrullas de vigilancia establecidas anularon la intentona, si bien terminó con dos nuevas detenciones. También se le culpabiliza del intento fallido de sabotaje a las torres eléctricas de la línea Millares-Valencia en enero de 1933. Aquí se agotó la vía insurreccional. Eso sí, continuó la vigilancia gubernamental contra el anarquismo. Por eso no extraño que cuando en abril de 1935 apareció una joven rusa en Montserrat se desatará la imaginación popular (podía ser una espía soviética) y actuará directamente la Guardia Civil del puesto del Real.