La victoria del antifascismo en la II Guerra Mundial (1939-1945) terminó con una división antagónica, la “guerra fría” entre Estados Unidos y sus aliados que representaban la democracia y el capitalismo frente a la Unión Soviética comunista. Por ejemplo, en Europa con la OTAN o el Pacto de Varsovia o la división de Alemania. El nuevo armamento nuclear de destrucción masiva impidió un enfrentamiento bélico directo entre ambas potencias (Corea, crisis de los misiles, Vietnam). Estados Unidos desarrolló el Plan Marshall destinado a una rápida recuperación económica de la Europa democrática que, a su vez, impidiera la extensión del comunismo. Mientras, en China triunfaba la revolución comunista con Mao y, gracias al pacifismo, se independizaba la India. Pero también, con una participación esencial femenina, en 1948 se proclamaba la Declaración Universal de los Derechos Humanos, nacía la ONU o los primeros pasos de la Unión Europea.

El mundo fue un gran tablero en el que se dirimía la hegemonía económica y cultural de las dos grandes potencias que también impregnó la cultura popular del siglo XX (cine, música…). La paranoia anticomunista desató en Estados Unidos la “caza de brujas” antidemocrática. Cualquier régimen político reformista o que alteraba la dominación norteamericana era conceptuado como comunista. Así, los nuevos e inestables países producidos por la descolonización de África y Asia o la revolución cubana y su impacto en América Latina, terminaron frecuentemente en guerras civiles o dictaduras dirigidas desde la URSS o Estados Unidos. La creación del Estado de Israel (1948), producida por la conmoción del conocimiento del Holocausto, añadió un foco recurrente de fricción internacional y de violación de los derechos del pueblo palestino.

En los años sesenta, mientras la socialdemocracia y el liberalismo norteamericano consolidaban el Estado del Bienestar en medio de una gran expansión económica mundial, y emergía el nuevo grupo social de la juventud producida por el boom demográfico de la posguerra, se producían grandes movimientos sociales. La lucha por la igualdad étnica en Estados Unidos, la segunda ola feminista, el pacifismo del movimiento hippie, el ecologismo, el inicio de la lucha por los derechos LGTB, o la rebeldía juvenil con la cultura pop. Sin embargo, la “crisis del petróleo” de 1973 y la reestructuración del capitalismo (globalización, neoliberalsimo,…) supusieron un retroceso social y cultural.